Ignasi Bosch

Proyecto A - Control total

Se redactó un plan de actuación para salvaguardar la ejecución y seguridad del todos los proyectos.

Al tratarse de un punto tan estratégico, la defensa, se encargaron de llevarlo a cabo los distintos servicios de inteligencia coordinados entre sí. Era la sección del Proyecto más militarizada de todas por no decir, afortunadamente, la única. Aunque ejercía un control considerable sobre el resto, los distintos proyectos progresaban de manera coordinada aunque lo suficientemente independientes para poder trabajar con la libertad necesaria. De tal manera que los distintos especialistas pudieran tomar las decisiones que creyeran más adecuadas en cada caso por delicadas o determinantes que éstas pudieran llegar a ser. Eso sí, informando regularmente a los responsables del resto de departamentos para una mayor coordinación.

El principal objetivo del -Proyecto A- consistía en velar y proteger los intereses de todos los equipos colaboradores y garantizar el que pudiesen cumplir con sus cometidos y llevar a cabo sus distintas tareas con la máxima fiabilidad, fluidez y facilidad posible.

Ello pasaba, básicamente, por evitar filtraciones de información y garantizar los recursos de los que requerían las distintas misiones, asegurar la máxima discreción y preparar previamente el terreno donde se ejecutarían.

Había mucho dinero en juego y el tiempo apremiaba, de manera que era inconcebible el menor error, cada primera oportunidad debía ser la definitiva.

No se escatimaban recursos para mantener todo lo relacionado con el Proyecto fuera del alcance de la opinión pública. Cualquier individuo que tuviese al alcance los recursos tecnológicos para detectar a Sacmis al igual que todos los miembros de los diferentes equipos estaban sometidos a un riguroso seguimiento. Estos estaban bajo estricta vigilancia y control permanente. Incluso se creó para la ocasión un cuerpo especial dedicado exclusivamente a cerciorarse de que no hubiera ninguna fuga o filtración. Un cuerpo de elite encargado de esa única misión. A pesar de su envergadura eran muy pocos los que sabían de su existencia. Entre ellos configuraban una red en la que por su propia seguridad cada uno sabía sólo una pequeña pieza del organigrama completo. Sólo cumplían "ordenes". No era novedad tener que liquidar a algún dirigente de algún partido político de la oposición de algún gobierno secundario o eliminar cualquier objetivo que pudiese suponer la más pequeña amenaza sin hacer pregunta alguna. En los círculos internos eran conocidos con el nombre en clave de Arcángeles.

Se controlaba totalmente el flujo de la información a distintos niveles y de manera meticulosa, desde el plan educativo a la tecnología de la información. Todo estaba minuciosamente orquestado para proteger los intereses “colectivos”.

Interesaba especialmente frenar la capacidad interactiva del individuo con el resto de la población así como interferir de manera controlada en la educación de las siguientes generaciones para contrarrestar el auge tecnócrata que estaba invadiendo la sociedad. 

Se seleccionaban los futuros colaboradores en cuanto despuntaban en alguna de las disciplinas necesarias para desarrollar alguno de los programas, aplicándoles un plan educativo alternativo especialmente diseñado para que los jovencísimos alumnos aventajados pudieran expandir al máximo sus cualidades. El resto seguían un programa educativo limitado,  privándoles de las herramientas para su total desarrollo. Una medida a largo plazo pero inequívocamente eficaz para descartar posibles revueltas o amotinamientos indeseados en el futuro.

Para garantizar el abastecimiento de los recursos económicos y materiales que requerían los distintos programas se trazó un plan de total intervencionismo empresarial por parte de los distintos gobiernos. El balance de la previsión de posibles repercusiones directas a la población fue aprobado por unanimidad y catalogado como “daños colaterales aceptables” 1.  

Con la ejecución del -Proyecto A- se marcó una línea divisoria entre todo aquél que participara en el Proyecto y el que no, creando dos mundos que avanzaban de manera totalmente divergente y que ya no volverían a encontrarse nunca más. Dos realidades, ambas controladas y conducidas por el bien de una de ellas.

1. Un retroceso considerable en el uso de la tecnología en la vida cotidiana provocado por la focalización de la energía en los recursos de los proyectos. También dado por la adquisición, por parte de los gobiernos, de las empresas punteras en los principales sectores tecnológicos, para investigar y desarrollar las tecnologías que serían utilizadas en el Arca.

Un empobrecimiento masivo controlado al concentrar el capital en los costes titánicos de toda la infraestructura prevista.

Éstos, entre otros, fueron algunos de los posibles “daños colaterales aceptados”.


Proyecto Nuevo Génesis - Parte I: La Tierra: