Ignasi Bosch

El sabio loco

Lo llamaremos 'Hans' por eso de la privacidad y esas cosas.Ya que lo tengo de vecino y podría resultar algo embarazoso.
Hans es un personaje un tanto peculiar.
La primera vez que coincidí con él fue en la "noche del chiste", cuando nos deleitó con una especie de "blues jondo" en alemán. Me pareció un tipo más bien excéntrico avivado por los efectos de lo que él llamaba "medisina" cada vez que se lo pedía a il Padrino, el camarero italiano que se lo servía sin darle demasiada importancia.
La segunda vez que me encontré con este personaje fue en otro encuentro musical y fortuito q tan a menudo pasa por aquí. Simplemente la gente saca los instrumentos y se pone a tocar sin más. Hans en su mismo papel. De esas personas que sin saber nada de él lo último que te apetecería sería darle demasiada conversación. Es curioso el comportamiento humano, supongo que el legado cultural es de gran peso. Pero admito que de saque ese tío no me daba muy buena espina. El típico loco de barra de bar, lo digo porque por suerte o por desgracia he conocido a más de uno y suelen ser ese tipo de gente con el don de atraer problemas y difíciles de despegarte por poca cuerda que les des. Cuando éste se marchó pregunté a la gente presente acerca del peculiar individuo. Mi sorpresa fue que absolutamente nadie tenía una sola palabra negativa al respecto, es más, todo el mundo parecía tenerle un gran aprecio, respeto e incluso admiración. Había sido tenista profesional, decían algunos, es superdotado decían otros. Mi escepticismo defendía a ultranza su montículo, pero sí que es cierto que se le abrieron algunas brechas. Desde lo más profundo notaba esa lucha, me resistía a creer que ese hombre fuese como decían.
El tercer encuentro fue en el mismo bar pero en horas y condiciones distintas. Me saludó amablemente, como lo había hecho en cada ocasión que coincidimos, pero no había más gente que le siguiera el juego. Él iba hablando entre alemán e inglés, todo mezclado, a ratos como si lo hiciese solo y otros como dirigiéndose a mí. Eso me incomoda un tanto, alguien que te habla y te hace preguntas sin hacer el esfuerzo de hacerse entender ni ver que el otro interlocutor no te sigue, es una situación un tanto extraña. Cuando no existe comunicación, un flujo bidireccional, te separa de la otra persona algo mucho más extenso que el propio aire que hay entre los dos.
Por tal de no seguirle el juego me incorporé hacia la barra dejándolo que siguiera hablando solo. Pareció q funcionaba, poco a poco dejó de hablar, pero contraatacó. Simplemente se me quedaba mirando fijamente. Es otra de las cosas que no sé exactamente porqué pero incomoda terriblemente, sentirse observado es una sensación bastante fastidiosa. Finalmente me dirigí a él y le dije... "tú estás un poco loco, pero menos de lo que aparentas". Eso desencadenó la reacción. Se puso como serio de repente, aunque iba alternando con sonrisas de manera algo inquietante. Pidió dos vasos, uno pequeño y uno grande lleno de agua. El camarero no entendía nada, por un momento se le debía pasar por la cabeza que tanta "medisina" quizá curó al alemán. Llenó el vaso pequeño con el agua del grande, hasta derramarla por encima de la barra.
Ésta es tu mente, señalando el vaso pequeño, el agua es lo que sabes. ¿Cómo puedes conseguir poner algo más?
Me lo quedé mirando para saber si era algún tipo de broma o algo por el estilo, parecía q la cosa iba en serio.
Pues vaciando el vaso- Digo
Aha, y ¿cómo se hace eso? ¿Cómo se desaprende algo que está ahí metido?
Me quedé unos instantes pensativo mirando el vaso sin tener muy clara una respuesta. Aprender en ocasiones resulta difícil, pero desaprender lo puede llegar a ser mil veces más, se me pasó por la cabeza.
Prosiguió – Y no sólo eso, ¿cómo sabes que lo que aprendes es realmente bueno, que te puede ser de alguna utilidad?¿tu seleccionas lo que aprendes?
Esa pregunta ya me dejó en jaque, no sé si existe respuesta a eso.
-¿En qué te basas para decir que estoy loco? Preguntó sin perder el tono amistoso pero la formuló de manera muy seria, casi molesto.
Acto seguido puso su mano encima de la barra y me dijo – Toca mi mano.
Una vez más un ápice de desconfianza me sacudió, pero lo hice.
¿Qué notas?
Pues tu mano. - Era óbvio
Te equivocas, lo que estás notando es tu mano. Sientes que tu mano contacta con algo pero no dejas de sentir tu propia mano. Todo lo que notas, sientes o percibes eres tú mismo, por lo tanto habla tan sólo de ti, ¿en qué te basas para decir que yo estoy loco?
Quedó claro que el sujeto estaba más cuerdo de lo que me había mostrado hasta la fecha.
Ok, entiendo y tienes razón, te pido disculpas. No pude sino rendirme a la evidencia, yo había juzgado a ese hombre a partir de mis propios prejuicios, la experiencia de haber lidiado con más de un figura me hizo meterlo en el mismo saco y actuar con él desde un inicio de manera evasiva sin poder llegar a ver nada más.
Acto seguido me invitó a una copa y seguimos hablando de más temas interesantes. A partir de entonces cuando nos encontramos en el bar nos damos un abrazo, pero el tío a menudo sigue haciendo eso de hablarte en alemán sin importarle si lo entiendes o no, y eso me saca de quicio! ;-)


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